A día de hoy, los test a utilizar para seguir los contagios y averiguar quien está o no contagiado y/o quien ha tenido contacto con el virus son básicamente de tres tipos: PCR, ELISA y tests rápidos. En todos ellos hay dos características importantes para destacar su fiabilidad:
- Especificidad: capacidad de la prueba para confirmar que un sujeto sano obtenga un resultado negativo.
-Sensibilidad: capacidad de la prueba para confirmar que un sujeto enfermo obtenga un resultado positivo.
► Las PCR (siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimersa”), son un tipo de pruebas de diagnóstico que se llevan utilizando durante años en diferentes crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas .
Es el método más sensible y específico para detectar el ARN del virus, es decir, si hay infección o presencia del virus. Se hace mediante frotis nasofaríngeo, introduciendo un bastoncillo en la parte posterior de la nariz para obtener la muestra. Es algo incómodo y puede producir alguna molestia ligera como tos o lagrimeo.Este test necesita varias horas para su análisis en el laboratorios.
+ Positivo: significa que el virus está presente en la muestra y que la persona está infectada.
+ Negativo: significa que el virus no está presente y la persona no está infectada, aunque puede haberlo estado anteriormente, por lo que puede ser necesario realizar una segunda prueba.
► ELISA, al contrario de una PCR que diagnostica si un paciente tiene covid-19, es un test serológico que detecta si el sujeto ha pasado en algún momento la enfermedad. Su nombre es un acrónimo en inglés, enzyme-linked immunosorbent assay, que se refiere al proceso en que se basa dicha prueba, es decir, a un ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas. A veces, también se ha llamado CLIA, en referencia a la quimioluminiscencia que se produce cuando los reactivos reaccionan y cambian de color a lo largo del proceso en el laboratorio. No es una prueba nueva, sino que ya se utilizaba hace años para detectar anticuerpos en sangre de otras enfermedades, como el SIDA o el sarampión Detecta si el enfermo o individuo de la prueba ha generado una respuesta inmune primaria o secundaria (de memoria). Es una prueba más compleja que los tests rápidos y precisan de extracción de sangre de una vena para luego enviar a un laboratorio donde su estudio precisa de unas 24 horas. El resultado no es fiable y no precisa de una segunda prueba. Los posibles resultados de esta prueba pueden ser los siguientes:
Si el resultado es positivo indica la presencia de inmunoglobulinas, es decir, la persona ha estado expuesta al virus, pero puede ser una infección activa o pasada. Para saber si la infección está activa o ya ha pasado, estudiaremos los tipos de inmunoglobulinas: IgM (respuesta temprana) o IgG (respuesta secundaria o anticuerpos de memoria).
- IgM negativo: no hay contacto con el virus actualmente, pero pudo haberlo anteriormente.
- IgM positivo: infección en fase aguda.
- IgG negativo: no ha habido contacto con el virus o bien el contacto es reciente y aún no hay respuesta secundaria.
- IgG positivo: infección eque ya ha pasado y la persona está ya inmunizada.
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Combinando los resultados de las pruebas PCR y la prueba ELISA se pueden hacer las siguientes conclusiones, expresadas de forma clara en el gráfico de diferentes fuentes, como por ejemplo Mafre o microBio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos gobiernos europeos están usando la prueba ELISA para comprobar la seroprevalencia en la población (en España se calculó que a finales de mayo era de un 5%, es decir, sólo este porcentaje de la población estaba ya inmunizada contra el coronavirus). Actualmente la OMS y muchos colectivos médicos dicen que se hagan tanto la prueba ELISa como las PCR, y no los test rápidos, para analizar a los profesionales sanitarios. El argumento que aducen es que estas dos pruebas presentan una especificidad y y sensibilidad mayuores del 95%, y además la PCR es precoz (detecta el virus en las fases tempranas de su infección en las vías respiratorias.
► Tests rápidos.
Consisten en una inmunocromatografía en papel, es decir, un soporte que tiene “pegadas” las proteínas del virus para detectar anticuerpos o anticuerpos específicos para descubrir las proteínas del virus. Su funcionamiento es similar al de los test de embarazo, puesto que con ligero pinchazo en un dedo se obtiene una pequeña muestra de sangre suficiente para detectar los anticuerpos producidos contra el virus, o de un exudado nasofarçingeo para detectar las proteínas del virus. En ningúna caso detectan el ARN del virus, como lo puede hacer una prueba PCR. En general son menos fiables que los dos métodos anteriores.
- Como ventaja tenemos que es muy rápido y sencillo de realizar.
- Otra gra ventaja es que se pueden realizar en el domicilio del sospechoso (siempre por un profesional sanitario) lo que ayuda a no saturar los hospitales)-
Gracias a tests rápidos se podrá mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología. Esto permitirá liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud. Hasta hace poco no se disponía de estos tests porque fue necesario un tiempo para dispone un suficiente número de pacientes infectados y así caracterizar de manera eficaz .
Referencias
- Mafre/2020/05/29
- Gaceta médica/2020(08/19
- Voxpopuli/2020/05/26