LA ALIMENTACIÓN EN GALICIA SEGÚN LAS “MEMORIAS DEL ARZOBISPADO DE SANTIAGO”
Edición preparada por Ángel Rodríguez
González y Benito Varela Jácome, en una trasncripción del manuscrito original
del Cardenal Jerónimo del Hoyo, que data del año 1607 estando guardada en el
archivo de la mitra compostelana.
La disputa por el
origen de la patata como alimento humano se hace agria por momentos,
discutiendo esta cuestión básicamente dos países: Chile y Perú. Las últimas
indagaciones parece que dan como planta originaria a la especie Solanum brevicaule, encontrada en la
orilla norte del lgao Titicaca, en la zona peruana opuesta a la zona de
Bolivia. Los chilenos se consuelan diciendo que más del 90% de las variedades
medernas de la patata de fuera de los Andes tiene son originarias de la zona
de la isla de Chiloé, en el sur de Chile. En la página 172 del libro se cita
la plantación de patatas, junto con limones
y naranjas, además de todo género de legumbres y otros árboles
frutales, en la huerta del monasterio de San Antonio de Herbón en Padrón a
cargo del Arzobispo Francisco Blanco, el cual detentó este cargo durante seis
años antes de su muerte (1574-1580).
En el libro también se habla de
que ya en esta época Galicia era abastecida de todo género de pescado, como
pescada, besugo, congrio y, sobre todo, sardina, en los puertos de Coruña,
Bayona, Vigo, Pontevedra, Padrón, Noya, Muros, Portonovo, Cangas, El Grove,
Cambados, Villanueva de Arosa, Villagarcía, El Carril, Rianxo, La Puebla del Deán, Santa
Ougenia, Palmeira, O Çón, Finisterre, Corcobión, la villa de Cée, Mugía,
Laxe, puerto de Ares, Sada, Puentesdeume, Malpica, y Cayón, entre otros. Las
mercancías desde Francia, Flandes, Inglaterra, las Indias de Poretugal y
Brasil se descargaban fundamentalmente en los puertos más importantes, es
decir, en Coruña, Bayona, Vigo, Pontevedra, Padrón, Noya y Muros.
A los productos anteriores hay que
añadir las futas, vinos, gallinas y capones procedentes del interior,
destacando los vinos de Rivabadbia, de Orense, de Salbatierra, de Monçón, de
Salnés, de las Mariñas, de Ribadulla y de Amandi. El menú se podía completar
con perdices, liebres, conejos y otas carnes procedentes de la caza como el
venado, jabalíes y corzos.
Las variedades de pan se centraban
en la harina de trigo, centeno y maíz, sin desdeñar otros productos
complementarios como el mijo y el lino, este último para la confección de
ropa.
 |
|