MOSQUITOS MÁS
PELIGROSOS CRECEN EN EFICIOS ABANDONADOS DE BALTIMORE (EEUU)
Scientific
American, enero de 2020
En las últimas cinco décadas, las poblaciones
de mosquitos en diferentes partes de los EE. UU. Se han multiplicado por un
factor de 10, situación preocupante por el polible aumento de la propagación
de enfermedades como el virus del Nilo Occidental, el dengue, entre otros.
Algunos lugares son aparentemente más propicios a esta proliferación que
otros. Un estudio publicado de octubre pasado en el Journal of Medical
Entomology encontró que, en Baltimore, los vecindarios de bajos ingresos
son más propensos a esta plaga: no solo tienen más mosquitos sino también
más grandes, que generalmente sobreviven por más tiempo. Baltimore
tiene casi 17.000 edificios abandonados, que se concentran en áreas
económicamente desfavorecidas y sirven como zonas convenientes para la cría
de mosquitos. De ello se deduce que, pra combatir eficazmente a los
mosquitos y las enfermedades que transmiten, las ciudades deberán tener en
cuenta la infraestructura urbana.
Científicos del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas en
Millbrook, Nueva York, y la Universidad de Maryland encontraron
numerosos ejemplares del mosquito tigre asiático (Aedes albopictus)
durante tres años, descubriendo que los insectos crecían más en bloques de
bajos ingresos. ÇSe trata de mosquitos cada vez más grandes y que tienden a
vivir más tiempo, por lo que, además de provocar una picadura más grave, lo
hacen en más ocasiones aumentdo la probabilidad de transmisión de
enfermedades infecciosas. Esta situación es más aguda en los barrios pobres,
donde hay más edificios vacíos que favorecen la proliferación de mosquitos,
al haber más contenedores abandonados que retienen agua estancada haciendo
de criaderos de mosquitos. Por otro lado, el agua que se
acumulada en los edificios degradados frecuentemente está situada a la
sombra, lo que ayuda a los mosquitos a crecer.
Parece urgente unas medidas
para evitar esta situación, tras un previo estudios. Por ejemplo, la
aparentemente buena medida adoptada en algunas ciudades
de plantar árboles en bloques de bajos ingresos pueden empeorar el problema:
los árboles y arbustos no solo dan sombra a las charcas de reproducción al
aire libre, sino que también aportan las hojas caídas de los árboles al
agua, lo que alimenta a las larvas de mosquitos, ayudándolas a crecer.